lunes, 18 de agosto de 2008

La Constitución en los bolsillos

Francisco Febres Cordero
¡Qué maravilla! Oficialmente, recién comenzó la campaña por el sí o por el no. Todo lo que durante este tiempo hemos visto hasta la ceguera en la tele y escuchado hasta la sordera en la radio para que el Gobierno nos convenza que votemos por el sí, no vale. Y todo lo que ha dicho y hecho el Correa para demostrarnos de que la nueva Constitución es lo último en guarachas, tampoco. Eso ha sido lo que, en términos futbolísticos, los constitucionalistas conocemos como peloteo de calentamiento y, por eso mismo, el Tribunal Supremo Electoral, calentándose, calentándose, destituyó a una cantidad de vocales que estaban en su alineación como titulares, para reemplazarlos por otros que, jurídicamente hablando, no eran suplentes sino nuevas contrataciones que venían del equipo de Acuerdo PAIS. Clarito está.
En cambio, como ahora ya estamos en campaña, se han inscrito 128 movimientos, cuyos tesoreros deberán rendir las cuentas de lo que gasten de hoy en adelante. Porque lo que han gastado de hoy en atrás, no importa. El único que no rinde cuentas ni en atrás ni en delante es el Gobierno, porque por algo es gobierno y no va a detenerse en esas minucias: la propaganda que seguirá haciendo para promover el Sí no dentra dentro de lo cuantificable porque, de suyo, es incuantificable, como incuantificables son sus magnas obras con las que promociona el Sí. ¿Entendieron? No se preocupen, que eso no es de entender sino de aceptar nomás.
Lo cierto es que esta campaña comenzada va a estar preciosa, llena de sorpresas, de broncas, de ofertas, de desmentidos, de interpretaciones, todas centradas en la nueva Constitución. Por eso, entre otras cosas, ya se ha mandado a imprimir millones de constituciones a fin de que cada uno de los ciudadanos (y ciudadanas) tengamos unita.
Lo mejor es que esas constituciones son unas joyas que permitirán que cada habitante (y habitanta) del Ecuador la lleve en su bolsillo.Chuta, pero, ¿serán tan de bolsillo como para que entren en el bolsillo? Verán que tiene 444 artículos, más un capítulo pesadísimo, con treinta disposiciones transitorias. ¡Uf!
Con todo ese paquete vamos a tener que caminar medio desequilibrados, francamente, porque si nos la ponemos todita en el bolsillo de adelante del pantalón, nos hemos de ir de lado; si en el detrás, no hemos de poder sentarnos nunca más en la vida. ¡Ya nos fregamos! Tal vez lo que más nos convenga sea dividirla, para que los artículos del buen vivir vayan en el bolsillo derecho del pantalón; los de los derechos, en el izquierdo; los de las relaciones internacionales, en los de atrás; los del desarrollo, en el de la camisa; los de la participación y organización del poder en... ¡No! Ahí donde ustedes quieren guardarlos me parece medio anticonstitucional, francamente. Les han de meter presos.
Lo cierto es que desde ahora no vamos a tener dónde guardar las llaves, los sueltos, la billetera y el pañuelo porque todos los bolsillos van a estar ocupados por esa Constitución de bolsillo que, si gana el sí, se convertirá en una Constitución de congresillo que ¿dónde la metemos? Jodidos.
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DOMINGO 17 de agosto del 2008 Guayaquil, Ecuador

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