Emilio Palacio
El Gobierno nacional acaba de anotarse un golazo. Me refiero a la negociación con Porta. El riesgo era grande. Reemplazar abruptamente la administración de una empresa con siete millones de usuarios nos hubiese ocasionado un dolor de cabeza a todos. Pero el Presidente no se amilanó, manejó los dos escenarios (se van o se quedan) y así consiguió algunos millones de dólares más para el Estado.
Mi única observación es la foto que apareció ese mismo día en la página de la Presidencia de la República, de Daniel Hajj, yerno del multimillonario dueño de Porta, Carlos Slim, junto a Vinicio Alvarado.
Alvarado fue el hombre clave de la negociación, aunque no entienda nada de teléfonos celulares. El Presidente conservó siempre las riendas políticas, pero hacia el final se levantó y le encargó a su hombre de confianza que concrete los detalles. (Después le consultaron por celular el paquete completo para su visto bueno definitivo).
Así que allí estaban a solas, el anunciante más rico del mundo y el dueño de las agencias de publicidad más importantes del Ecuador, finiquitando un negocio por unos 500 millones de dólares del Estado.
Hubiese sido mejor que le encarguen esa responsabilidad a otro funcionario. Los diarios serios no envían a un periodista a cubrir una noticia si un amigo o familiar suyo están involucrados. El buen médico sabe que es mejor que otro colega atienda al familiar que agoniza porque los sentimientos podrían interferir. Se lo llama “conflicto de intereses”, y es una enfermedad gravísima cuando hay dinero de por medio.
La foto también me recordó una premisa del marketing: a las mercancías se las vende por su imagen. Así que el mensaje publicitario es muy claro: “Si usted tiene un negocio de varios millones de dólares, búsquelo a Vinicio Alvarado, su más efectivo contacto con el régimen”.
Claro que en el palacio de Gobierno no queda nadie más con quién hablar. A Alberto Acosta lo convirtieron en presidente de una Asamblea que no maneja, a Javier Ponce lo mandaron a comprar aviones y a Ricardo Patiño le pidieron que baje el perfil para que no aparezca en los videos. Así que esa foto nos dice una gran verdad: hoy para negociar con el Presidente solo quedan Alexis Mera y Vinicio Alvarado, los verdaderos hombres duros de este Gobierno de izquierda.
Lamentablemente, a las multitudes que simpatizan con Correa estas “minucias” no les preocupan. Considerarán que es un “detalle” el conflicto de intereses del funcionario público que negocia millones de dólares con uno de sus potenciales clientes. “Lo importante es que el país salió ganando”, nos dirán.
Es la tragedia con los caudillos, se les perdona todo. Velasco Ibarra, Asaad Bucaram y León Febres-Cordero también fueron envidiables ejecutores, de tal manera que cuando el habitante del suburbio se asomaba a su ventana, solo atinaba a decir “Lo importante es que me pavimentaron la calle; con tal de que haga obras, lo demás no importa”. Y no le volvía a prestar atención a las “minucias” con que la prensa o los noticieros querían amargarle el día.
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