lunes, 26 de mayo de 2008

¡Con Guayaquil no se metan!

El Gobierno y la Asamblea continúan en su afán populista y demagogo. La última “perla” ha sido la defensa de los comerciantes informales.
La asambleísta por Guayas, Tania Espín (PAIS), expresó hace unos días que el bloqueo a los vendedores informales en las zonas regeneradas era “un atentado contra la libre circulación de personas”. Nuevamente, demagogia. Nadie está impedido de circular por las calles, sino de realizar operaciones de comercio sin la debida autorización. En todas las ciudades del mundo hay regulaciones municipales respecto al uso de la vía pública.
El asambleísta Jorge Escala (MPD) ha reconocido que es una dedicatoria a los “alcaldes autoritarios, especialmente de Quito y Guayaquil”. Los mismos “alcaldes autoritarios” que fueron recientemente nominados entre los mejores de la región. Deben entender los asambleístas que nunca el beneficio de unos pocos tiene que estar sobre el bienestar de las grandes mayorías. Quienes vivimos en urbes grandes sabemos que se necesita orden, educación y respeto a las normas. Esto se ha logrado paulatinamente en Guayaquil (y Quito) en los últimos años. El aeropuerto, la terminal terrestre, el Malecón 2000 y la Metrovía son ejemplos de que sí se puede vivir en orden.
Pero para los socialistas del siglo XXI la demagogia está antes que el progreso
Xavier Ordeñana Rodríguez, economista, Guayaquil
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Por canales de televisión y estaciones de radio vimos y escuchamos a pseudodirigentes “líderes” vociferar en nombre dizque de “todos” los vendedores informales de Guayaquil, su “derecho” a trabajar libremente por las calles de la ciudad. ¡Qué descaro!
También vimos y escuchamos a comerciantes mujeres y hombres gritar y levantar los puños, pero cuando los periodistas les preguntaban por qué estaban ahí, decían: “...Bueno..., porque dicen que nos van a sacar...”; “dicen que se nos van a llevar nuestra mercancía...”, “dicen que no sé qué...”. Claramente se nota que unos títeres autodenominados “líderes” de los comerciantes han sido movidos con dinero, a levantar a un grupillo y causar caos en Guayaquil para molestar una vez más a la ciudadanía y a su Alcalde, tratando de hostigarlo continuamente, pretendiendo quizás que renuncie antes de tiempo; ¡pero eso no lo vamos a permitir los guayaquileños. No señor. Con Guayaquil y nuestra máxima autoridad que ha dignificado a la urbe no se metan; les advertimos! Que lo sepan bien el Gobierno y sus asambleístas.
Cuando los periodistas preguntaban también a esos comerciantes de dónde eran ellos, mencionaban provincias distintas a Guayas. Entonces, si nosotros los guayasenses y en concreto los guayaquileños, que por la regeneración tuvimos que adaptarnos a cambios, así nos hayan incomodado en un comienzo, pero los resultados trajeron orden y beneficios; ¿por qué quienes vienen de afuera quieren saltarse las ordenanzas y normas de la ciudad que generosamente los hospeda y brinda oportunidades que en sus tierras no encontraron?
En zonas regeneradas donde ya no se pueden instalar más negocios como tiendas, carnicerías, etcétera; negocios que a muchas familias ayudaría en su sustento, hemos acatado esas normas; mientras que estas otras personas llegan a nuestra ciudad y encima exigen “sus derechos” al mismo estilo del bravucón socialista que los protege; pero no quieren cumplir sus obligaciones como el resto de los ciudadanos.
Para eso se han construido mercados, locales, decentemente, y si los informales quieren vivir en Guayaquil y trabajar aquí, que lo hagan cumpliendo las ordenanzas municipales, no lo que se les antoje a los alzamanos de la Asamblea. Y si lloran porque no hay trabajo, que no les reclamen a Guayaquil ni a nuestro Alcalde, ni a los guayaquileños; reclamen al Gobierno por no crear fuentes de trabajo, por no frenar la delincuencia ni la inseguridad, porque la comida, las medicinas y todo está caro; por haber escuelas sin techos ni profesores; sino, pregúnteles a los emigrantes que andan sufriendo por el mundo.
Jaime Merchán,
licenciado, Guayaquil
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Qué pena que el presidente Correa y los asambleístas sigan haciendo daño a Guayaquil y a la labor del Alcalde.Hay mala intención de quitarle liderazgo, pero respeto y agradecimiento sentimos por él los ecuatorianos radicados en Guayaquil, seamos guayaquileños o no.
Laura Gómez,Guayaquil
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