lunes, 19 de mayo de 2008

Los símbolos cambian de ‘look’

A mí sí me parece que los ecuatorianos tenemos que modernizarnos. Muy obsoletos estamos. Por eso estoy de acuerdo con la idea de la revolución ciudadana de revolucionar los símbolos patrios, cambiándolos de look.
Qué buen planteamiento el de la Tania Hermida que, como cineasta, conoce lo que en cine se llama el close up. Un close up se produce cuando la cámara, haciendo un traveling, se acerca a cada elemento de un símbolo patrio y enfoca solo a ese elemento y no a todo el conjunto.
Lo cierto es que la Tania Hermida ha descubierto que los símbolos patrios no resisten al menor close up y por eso hay que sustituirlos por otros que, aparte de cinematográficos, sean étnicos, andinos e interculturales.
A ver, hagan un close up al himno nacional. ¿Qué ven? Claro, pues, hay palabras que, en su conjunto, pasan desapercibidas pero que, acercándonos a ellas, no se entienden. Ya tu pecho, tu pecho rebosa, por ejemplo. ¡Cómo va rebosar el pecho! ¡Qué tal tontera! Ni que los ecuatorianos fuéramos Sofía Loren. Chuta, medio rara me parece esa estrofa. Por eso, mejor está de cambiar al himno y ponerle wipala que, multiétnicamente, le tapa el pecho para que no rebose.
Lo mismo con esa estrofa que dice que soberbio el Pichincha decora. Totalmente hispánico suena. ¡Decora! Si en su lugar ponemos de jora, incluimos un elemento autóctono que todos entendemos y nos identifica con nuestra chicha ancestral que, encima, no da chuchaqui porque es de maíz intercultural y no de aguardiente que luego necesita alka-seltzer, que es un símbolo foráneo. Y, además, queda bien metafórico: que soberbio el Pichincha de jora.
Dios miró también está de suprimir. Si Dios, con toda razón, no va en la Constitución, tampoco puede quedarse mirando en el himno. Y, peor, aceptando el holocausto del germen fecundo que atónito el mundo. Tal vez está de cambiar a Dios por Pachakamac, que es más nuestro. El único problema es encontrar después la rima. ¿Con qué rimará Pachakamac? Tal vez con Mama Ocllo ha de ser. Pero bueno, ese es problema de la Tania Hermida.
Igualito pasa con el escudo. ¡Cómo ha de haber pues un cóndor! Fu, si el cóndor hasta está en vías de extinción. En su lugar mucho mejor quedaría un cuy, para lo cual parece que hay consenso entre la población. Perfecto, porque ese sí es un animal andino que nos representa, tanto que hasta se exporta. Cierto es que no tiene así un look muy cinematográfico que se diga, tipo Brad Pitt, pero, en cambio, ¡qué carne! ¡Y qué étnico!
Las ramas de laurel y olivo tampoco tienen nada que ver con nosotros, que tenemos unas lindas ramas étnicas de ortiga. Lo único malo es que si tocamos el escudo nos ha de picar durísimo y hasta nos puede hacer roncha. Pero bueno, son los riesgos que producen los cambios: a algunos les enronchan.
¿Y el buque que navega por el Guayas? ¡Qué tal pendejada, pues! Si ese buque está viejísimo y ya mismo se hunde, creo. Un helicóptero más bien está de poner, que es lo que está in. Y, aprovechando que el Correa va a tener uno propio, le ponemos a él como piloto y le pintamos con su camisa étnica dentro de la cual su pecho rebosa en wipala, y así nos queda precioso el escudo. Y el himno. Y todo mismo.

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