martes, 26 de mayo de 2009

¿Le crees?

Emilio Palacio
El futuro político inmediato dependerá de lo que ocurra con dos acontecimientos, la orden de clausura a Teleamazonas y el descabezamiento de la UNE.
El Presidente de la República necesita que ambos capítulos estén concluidos en lo fundamental antes de la instalación del nuevo Congresillo.
Veamos por qué.
Hace dos años, los enemigos del Presidente de la República eran los banqueros, los periodistas, los empresarios, los agentes de la CIA en el Ejército o la Policía, y la cúpula de la Iglesia. Hoy en casi todos esos frentes reina cierta calma. A base de golpes, amenazas, insultos y ocasionales halagos, casi todos estos demonios fueron retrocediendo.
Solo algunos periodistas siguen molestando, como piedritas en el zapato; no tan incómodas como al inicio, eso sí, ya que la censura y la autocensura han funcionado extraordinariamente bien.
Los noticieros de Teleamazonas son una de esas piedritas. Por eso hay que someter al canal, para taparle la boca a Jorge Ortiz, a Carlos Jijón, a María Josefa Coronel y a sus colegas.
Han aparecido, al mismo tiempo, nuevos enemigos. Los indios, los ecologistas, los trabajadores públicos, los sindicalistas, los maestros. (Primero se peleó con los pelucones, ahora con los despeinados. ¡Vueltas que da la vida!).
Es allí donde Correa pierde votos. Un millón en las últimas elecciones.Por eso el Jefe necesita un triunfo importante, que lo fortalezca antes de que se instale el nuevo Congresillo –donde la oposición irá fortalecida–, que le devuelva algo de popularidad, y que además le meta miedo a sus enemigos, antiguos y nuevos.
Si cierra Teleamazonas por haber difundido las imágenes del centro de cómputo semiclandestino que el canal descubrió, su triunfo sobre la prensa parecerá abrumador. No quedarán muchas voces, sobre todo en televisión, que sigan contando cómo crece el desempleo o cómo se divertía el ex ministro de Deportes.
Y si le rompe la crisma a la UNE, no solo se habrá asegurado de que el MPD acate sus órdenes sin chistar (como venía haciendo hasta ahora) sino que tendrá a su disposición las 140.000 partidas del magisterio, fuente inagotable de cargos y favores.
El talón de Aquiles del Presidente, sin embargo, es su credibilidad. Él vive de y para las encuestas. Así que debe convencer al pueblo de que cerrar Teleamazonas es lo mejor que se le ha ocurrido, y que repartir de nuevo los cargos en el magisterio será un aporte extraordinario.
Hasta ahora tiene todo a su favor. El sentimiento general parece seguir siendo en contra de los periodistas corruptos y los maestros vagos. De tal manera que el público podría aceptar que María Augusta Calle reemplace a Jorge Ortiz en el noticiario de la mañana, y que José Ignacio Chauvin sea el próximo presidente de la UNE.
Todo queda pues en tus manos, estimado lector. El futuro político inmediato del país dependerá de lo que opines.
¿Apoderarse de otro canal de televisión? ¿Recuperar para el Gobierno la troncha del magisterio? “Jamás”, exclamará el Presidente.
¿Tú le crees?

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