Francisco Febres Cordero
¡Qué cabriados que están los maestros solo porque el Gobierno les quiere tomar examen! Dicen que no tienen por qué someterse a una evaluación, en vista de que saben todo. Razón tienen. Imagínense que si por casualidad no saben algo, ponen de manifiesto su ignorancia que, hasta ahora, ha permanecido escondida. Bueno, ni tan escondida. Intocada, digamos mejor.
Porque, para qué también, si con algún gremio los distintos gobiernos no han podido meterse ha sido con el de los maestros. Y cada vez que lo han intentado, huelgas, paros, manifestaciones con piedras y palos, para ejemplo de los alumnos que han aprendido a solucionar sus discrepancias igualito. Total, la educación en el país es una verdadera desgracia que se ha prolongado por décadas.
Hasta ahora, en que parece que la revolución ciudadana quiere fajarse y no ceder al chantaje.
Y es que en realidad cada vez que el Correa habla de educación dice cosas súper racionales, francamente, tanto que más que economista parece que es educacionista: que no hay que crear más universidades sino mejorar las que existen; que para tener una universidad no basta con poner un pizarrón y adecuar un aula; que los maestros tienen que dar buen ejemplo (por eso él, que es maestro, nunca insulta a nadie, jamás descalifica a sus adversarios, no los ridiculiza ni se burla de ellos); que los colegios públicos deben tener por lo menos la misma o sino mejor calidad que la de los privados; que no hay que toser sin taparse la boca ni andar escupiendo (chuta, eso no dice pero sí está de que diga). Es decir, el Correa nos ha resultado verdaderamente un maestro. Para la próxima, no está de reelegirle Presidente de la República sino rector de cualquiera de los colegios Simón Bolívar que hay, con lo cual todos seríamos muchos más felices y mucho más bolivarianos. ¡Qué inteligente que soy!
Bueno, pero a lo que iba es que con esa idea maravillosa de evaluar a los maestros, va generándose en el país una fiebre de evaluacioncitis que va a resultar más letal que la porcina y la aviar juntas. ¿No le oyeron al Cachito Vera? ¡Qué bestia! Salió a decir que él está evaluando a los medios de comunicación para ver si son equilibrados en las entrevistas quiacen.
¡Híjoles! ¿De cuándo acá los medios tienen que pasar por el tamiz oficial para ver si están cumpliendo o no con lo que el Gobierno quiere? ¿Y si no cumplen, les multará el Cachito o les clausurará transparentemente en su calidad de transparentista summa cum laude en que se ha convertido? ¿No era que había libertad de expresión? ¿Y no es que el Gobierno ordena cuantas cadenas quiere para bombardearnos tarde mañana y noche con sus proclamas sin que nadie las evalúe? ¿Y no es que la revolución ciudadana es dueña de diarios, canales y radios para decir lo que le da la gana sin ningún control?
Ojalá la Chang importe rápido una vacuna para vacunarle al Cachito de la evaluacioncitis que le aquejó de súbito y que de epidemia ya se le volvió, pobrecito, en pendejemia, que es mucho más letal.
Porque, para qué también, si con algún gremio los distintos gobiernos no han podido meterse ha sido con el de los maestros. Y cada vez que lo han intentado, huelgas, paros, manifestaciones con piedras y palos, para ejemplo de los alumnos que han aprendido a solucionar sus discrepancias igualito. Total, la educación en el país es una verdadera desgracia que se ha prolongado por décadas.
Hasta ahora, en que parece que la revolución ciudadana quiere fajarse y no ceder al chantaje.
Y es que en realidad cada vez que el Correa habla de educación dice cosas súper racionales, francamente, tanto que más que economista parece que es educacionista: que no hay que crear más universidades sino mejorar las que existen; que para tener una universidad no basta con poner un pizarrón y adecuar un aula; que los maestros tienen que dar buen ejemplo (por eso él, que es maestro, nunca insulta a nadie, jamás descalifica a sus adversarios, no los ridiculiza ni se burla de ellos); que los colegios públicos deben tener por lo menos la misma o sino mejor calidad que la de los privados; que no hay que toser sin taparse la boca ni andar escupiendo (chuta, eso no dice pero sí está de que diga). Es decir, el Correa nos ha resultado verdaderamente un maestro. Para la próxima, no está de reelegirle Presidente de la República sino rector de cualquiera de los colegios Simón Bolívar que hay, con lo cual todos seríamos muchos más felices y mucho más bolivarianos. ¡Qué inteligente que soy!
Bueno, pero a lo que iba es que con esa idea maravillosa de evaluar a los maestros, va generándose en el país una fiebre de evaluacioncitis que va a resultar más letal que la porcina y la aviar juntas. ¿No le oyeron al Cachito Vera? ¡Qué bestia! Salió a decir que él está evaluando a los medios de comunicación para ver si son equilibrados en las entrevistas quiacen.
¡Híjoles! ¿De cuándo acá los medios tienen que pasar por el tamiz oficial para ver si están cumpliendo o no con lo que el Gobierno quiere? ¿Y si no cumplen, les multará el Cachito o les clausurará transparentemente en su calidad de transparentista summa cum laude en que se ha convertido? ¿No era que había libertad de expresión? ¿Y no es que el Gobierno ordena cuantas cadenas quiere para bombardearnos tarde mañana y noche con sus proclamas sin que nadie las evalúe? ¿Y no es que la revolución ciudadana es dueña de diarios, canales y radios para decir lo que le da la gana sin ningún control?
Ojalá la Chang importe rápido una vacuna para vacunarle al Cachito de la evaluacioncitis que le aquejó de súbito y que de epidemia ya se le volvió, pobrecito, en pendejemia, que es mucho más letal.
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