"Pepito, cuénteme la historia de los dos hermanos".
Y Pepito respondió:
"¿De cuáles, señorita, ¿de Fabricio y Rafael?".
Y Mery le dijo:
"No, Pepito, no vaya a ser que me insulten porque yo sí soy medio pelucona por mis bellos churos".
Entonces, Pepito comenzó:
"Había una vez dos hermanos gemelos: Rómulo y Remo, hijos de Marte, dios de la guerra, y fueron amamantados por una loba que se llamaba Luperca, por eso eran tan peliaringos, como Fa y Ra, y uno le mató al otro con una quijada de burro, y así se fundó Roma, igualito que Fa y Ra, refundaron junto al Panecillo el nuevo país de color verde esmeralda. Porque, antes, Ra ya le había querido comprar a Fa la primogenitura por un plato de menestra de lentejas, como Jacob a Esau. Y, en ese entonces, el imperio estaba dividido entre Huáscar y Atahualpa, que eran otros hermanos, así como el reino de Ra estaba dividido entre los hermanos Patiño y los hermanitos Alvarado, que habían ganado para Ra la Prefectura del Guayas a los hermanos Lapentti, 6-0 y 6-5. Y entonces, Fa, que había resucitado, contrató a Don Ramón y al Loco, los hermanos Valdez, para destronar a Ra, que había ordenado que Don Panchana mandara que quemaran a los hermanos Hugo y Bart Simpson, porque corrompían a los niños, que debían dedicarse a leer por las noches los Hermanos Karamasov, en una versión tropical, que les llevaría a recordar para siempre la historia de esta patria que comenzó con Fa y Ra, sus eternos fundadores".
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