miércoles, 6 de enero de 2010

El gobierno de la propaganda

Análisis de HOY
Al Ecuador entero le consta que, desde el inicio mismo del Gobierno de Rafael Correa, los publicistas de Carondelet apuntalaron su popularidad en la propaganda y la promoción; lo que no se conocía, con exactitud, eran las cifras destinadas a este rubro.
Un amplio informe de El Comercio, el domingo pasado, da cuenta de que la llamada revolución ciudadana ha gastado alrededor de $40 millones en propaganda y promoción.
Por este motivo, el Gobierno ocupa el primer lugar de los 15 mayores anunciantes, más que las megaempresas Porta y Movistar.
El informe da cuenta de que, en solo en los últimos 11 meses, el Régimen pautó 712 horas de publicidad en TV.
Pero eso no es todo. Como también le consta al país entero, Rafael Correa mantiene cadenas de televisión (concretamente monólogos) todas los sábados, los mismos que son trasmitidos no solo por el canal estatal, sino por GamaTV, canal incautado, pero que el Gobierno ha tomado como si fuese del oficialismo, así como una amplia red de emisoras a lo largo y ancho del territorio nacional.
Pero el Gobierno ha impuesto igualmente cadenas nacionales en 2009, las mismas que se han difundido, por lo menos, dos días por semana.
El experto en comunicación Mauricio Rodas. señala que "el Ecuador es el país con el mayor número de cadenas en Latinoamérica, incluso, ha superado a la Venezuela de Chávez, quien había escandalizado al mundo con su presencia y abuso mediáticó".
Según Rodas, en la Argentina, la presidenta Kirchner no tuvo más de 10 cadenas en el año, y ninguna fue de más de siete minutos. En México, el presidente Calderón hizo seis cadenas en 2009. Chávez tuvo 195 y Rafael Correa, 230 cadenas.
A este escenario ya enrarecido por los abusos del poder, llama la atención que la Asamblea que tramita una ley de comunicación no se haya ocupado de normar el uso de los espacio en los medios de comunicación para la propaganda y la publicidad oficiales. Para los asambleístas, en especial para la mayoría, Correa parece intocable, a pesar de que la libertad de expresión esté quedando en sus manos solamente.
Ante este enorme gasto, la Contraloría y los organismos de control no han dicho nada, por más que se estén usando los dineros del Estado, es decir, de todos, para estas cadenas promocionales del Gobierno y del presidente.
El Gobierno, que dice que rinde cuentas los sábados, no ha mencionado nada de los costos de la producción del material para la TV, ni para la radio ni, peor, de la movilización y toda la parafernalia para los encales nacionales de los sábados.
Eso es, a todas luces, abuso de poder.

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