Manuel Ignacio Gómez Lecaro
El dictador venezolano continúa sus ataques a la libertad de expresión. Ahora ha cerrado más canales de televisión, esta vez de señal por cable. La excusa: no transmitieron sus cadenas nacionales. Chávez, como Correa, quiere controlarlo todo. Pretende que todos estén al servicio de su Gobierno, en lugar de lo contrario.
En Bolivia, Evo Morales se reestrena como presidente diciendo que los periodistas deberían luchar contra el capitalismo. Ese es el periodismo con el que sueña el populismo autoritario. Y a veces, vuelven realidad esos sueños a la fuerza.
Rafael Correa hace eco de la misma cantaleta de sus amigos de trajes pintorescos. El mismo rechazo frente a lo que la libertad y la democracia implican. Ha pasado año y medio desde que Correa dijo que al Gobierno no le interesa administrar los canales incautados. Que mientras más rápido los puedan subastar o rematar, mejor. Ironía. Mentira. El Gobierno se aferra a ellos. Los noticieros de Gama TV parecen a veces otra larga cadena presidencial. De CN3 se han ido varios conductores cuyo trabajo ha sido censurado.
Pero ante estos atropellos y censuras nos queda el internet. La libertad viaja más segura y a gran velocidad por banda ancha. Llega cada día a más casas, más colegios, más universidades, más mentes ávidas de saber la verdad. Y eso es muy difícil de controlar. Chávez le quitó a RCTV su señal abierta. Ahora le impide salir por cable. Pero no podrá sacarlo de internet. Intentará, como sus maestros cubanos, limitar el acceso y bloquear varios sitios web. Pero la gente se las ingeniará para burlar la censura. Como en la misma Cuba, donde florece toda una comunidad de blogueros que le gritan al mundo su realidad, a pesar del hostigamiento oficial y la censura de sus propios blogs.
Cada nueva computadora conectada a internet es un nuevo espacio de libertad. Un lugar alejado de la censura, donde nadie puede imponer una cadena nacional o un mensaje oficial. Un espacio de doble vía, para escuchar y ser escuchado. Con la expansión del internet, se contrae la influencia de gobiernos autoritarios.
Latinoamérica despierta de la labia socialista. Los resultados en las elecciones de Chile son un llamado de atención. La realidad golpea, tarde o temprano, más fuerte que las palabras. Venezuela se le va de las manos a Chávez. Los estudiantes en las calles le recuerdan que su demagogia y abusos se agotan. En Argentina los Kirchner preparan maletas. Sus prósperas cuentas bancarias les permitirán vivir tranquilamente en el exilio. Pero tarde o temprano les llegará la justicia.
Y como tiene que ocurrir, este mal experimento llamado socialismo del siglo XXI quedará como un mal recuerdo. Esperemos que lo antes posible. La historia se encargará de recoger los abusos de estos gobiernos.
Los siguientes presidentes deberán aprender de Chávez y sus amigos lo que no deben hacer si quieren libertad y prosperidad para su gente. Y si algún nuevo populista pretendiese imitar sus abusos, no tendrá tanto éxito. A los Chávez, Correa, Kirchner del futuro les será más difícil controlar la información. Las ideas, la verdad, las imágenes, las voces de la gente, viajarán con más fuerza por internet. Hasta eso, la esperanza de la región está en los estudiantes en las calles venezolanas.
En Bolivia, Evo Morales se reestrena como presidente diciendo que los periodistas deberían luchar contra el capitalismo. Ese es el periodismo con el que sueña el populismo autoritario. Y a veces, vuelven realidad esos sueños a la fuerza.
Rafael Correa hace eco de la misma cantaleta de sus amigos de trajes pintorescos. El mismo rechazo frente a lo que la libertad y la democracia implican. Ha pasado año y medio desde que Correa dijo que al Gobierno no le interesa administrar los canales incautados. Que mientras más rápido los puedan subastar o rematar, mejor. Ironía. Mentira. El Gobierno se aferra a ellos. Los noticieros de Gama TV parecen a veces otra larga cadena presidencial. De CN3 se han ido varios conductores cuyo trabajo ha sido censurado.
Pero ante estos atropellos y censuras nos queda el internet. La libertad viaja más segura y a gran velocidad por banda ancha. Llega cada día a más casas, más colegios, más universidades, más mentes ávidas de saber la verdad. Y eso es muy difícil de controlar. Chávez le quitó a RCTV su señal abierta. Ahora le impide salir por cable. Pero no podrá sacarlo de internet. Intentará, como sus maestros cubanos, limitar el acceso y bloquear varios sitios web. Pero la gente se las ingeniará para burlar la censura. Como en la misma Cuba, donde florece toda una comunidad de blogueros que le gritan al mundo su realidad, a pesar del hostigamiento oficial y la censura de sus propios blogs.
Cada nueva computadora conectada a internet es un nuevo espacio de libertad. Un lugar alejado de la censura, donde nadie puede imponer una cadena nacional o un mensaje oficial. Un espacio de doble vía, para escuchar y ser escuchado. Con la expansión del internet, se contrae la influencia de gobiernos autoritarios.
Latinoamérica despierta de la labia socialista. Los resultados en las elecciones de Chile son un llamado de atención. La realidad golpea, tarde o temprano, más fuerte que las palabras. Venezuela se le va de las manos a Chávez. Los estudiantes en las calles le recuerdan que su demagogia y abusos se agotan. En Argentina los Kirchner preparan maletas. Sus prósperas cuentas bancarias les permitirán vivir tranquilamente en el exilio. Pero tarde o temprano les llegará la justicia.
Y como tiene que ocurrir, este mal experimento llamado socialismo del siglo XXI quedará como un mal recuerdo. Esperemos que lo antes posible. La historia se encargará de recoger los abusos de estos gobiernos.
Los siguientes presidentes deberán aprender de Chávez y sus amigos lo que no deben hacer si quieren libertad y prosperidad para su gente. Y si algún nuevo populista pretendiese imitar sus abusos, no tendrá tanto éxito. A los Chávez, Correa, Kirchner del futuro les será más difícil controlar la información. Las ideas, la verdad, las imágenes, las voces de la gente, viajarán con más fuerza por internet. Hasta eso, la esperanza de la región está en los estudiantes en las calles venezolanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario