jueves, 14 de enero de 2010

¿El fin de Yasuní-ITT?

Análisis de Diario HOY
El presidente de la República ha calificado de vergonzosas las condiciones que se habían logrado en el fideicomiso que administraría las contribuciones para la iniciativa Yasuní-ITT.
Pero lo vergonzoso para el Ecuador es, en realidad, la forma precipitada y agresiva con la que el primer mandatario desarma uno de los proyectos más innovadores y de trascendencia, presentados en los tres años de su Gobierno, quizás el único proyecto que podía tener repercusiones trasformadoras de fondo.
Con razón el canciller Fander Falconí presentó su renuncia. Para él, la iniciativa Yasuní-ITT simbolizaba el cambio del modelo productivo. Y se venía abriendo camino, a pesar de todas las dificultades, en la comunidad internacional bajo la responsabilidad de la Cancillería y del Ministerio de Ambiente, gracias al trabajo del grupo técnico presidido por Roque Sevilla. Pero después de que el presidente lanza expresiones tan amables y suaves como estas:
"Cambien sus donaciones y centavitos y pónganselas en la oreja, porque nosotros no vamos a recibir órdenes de nadie. Esa plata es del pueblo ecuatoriano. Yo di la orden de que no se firme el compromiso en esas condiciones vergonzosas", ¿será posible conseguir la participación de los países donantes?
Todo el trabajo desplegado no merece que concluya con los ex abruptos del presidente Correa.
Yasuní-ITT propuso mantener bajo tierra el petróleo – 846 millones de barriles- en una de la zonas de mayor biodiversidad del mundo, el parque nacional Yasuní, a cambio de recibir el país una retribución internacional equivalente a la mitad del valor comercial de la explotación del crudo. La iniciativa se propone mitigar el cambio climático (sin explorar la reserva petrolera se evita la emisión de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono); conservar las 982 mil hectáreas del Yasuní, de una biodiversidad extraordinaria; mantener los bosques amazónicos, un pulmón para el mundo, y proteger a los pueblos originarios que habitan en la zona.
La administración de esos fondos exigía un fideicomiso con participación de los principales donantes. En ese fideicomiso, el Ecuador contaba, según ha explicado Sevilla, con mayoritaria representación. ¿Dónde está la afectación a la soberanía ecuatoriana? La comisión técnica había logrado ya apoyos de Alemania, España y Bélgica por una cifra de entre $972 millones a $1 232 millones y contaba con apoyos posibles de Francia y Suecia por $532 millones más. Un acuerdo establece condiciones a las que, por su voluntad soberana, se comprometen los países que lo suscriben.
Así como el Ecuador pretende una compensación por no explotar el crudo, es obvio que los donantes aspiren a contar con garantías que esa decisión mantendrá el Gobierno y los que sigan a este.
Las bravatas presidenciales no tiene el poder de cambiar la forma habitual

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