El ministro de Educación, Raúl Vallejo, abandonó abruptamente el Centro Cultural Itchimbía de Quito, al mediodía de ayer, en el instante en que el periodista Francisco Febres Cordero protestaba contra el presidente de la República, Rafael Correa, por su manera reiterada de referirse a la prensa y a los periodistas.
Vallejo ocupaba, junto a Febres Cordero, la mesa directiva en el acto de la presentación de la novela Los hijos de Daisy, del también periodista e historiador Gonzalo Ortiz Crespo.
Cuando Febres Cordero aludía a las cadenas sabatinas y se refería a los epítetos que, en las últimas de ellas, endilgó el jefe de Estado contra los medios de comunicación, el público aplaudió de manera casi unánime. En ese instante el ministro Raúl Vallejo se levantó de la silla que ocupaba y abandonó el local.
Durante su discurso, Febres Cordero se refirió a “los círculos más rosados o más oscuros del poder pero, sobre todo, de la boca desbocada del Presidente de la República salen los peores insultos para la prensa y para los periodistas. Al escuchar tantos denuestos y tantas injustas generalizaciones uno piensa no, no todos los periodistas son –somos– así”.
En ese contexto mencionó a Gonzalo Ortiz, citándolo como ejemplo. “No es un infame, porque no lo es, pues. Y punto. Ni es un infeliz, ni un corrupto, ni un pernicioso, ni un hipócrita ni un sinvergüenza (y esto para referirme a los calificativos endilgados durante la última cadena sabatina). Gonzalo no es nada de eso porque no lo es, y punto”.
Febres Cordero prosiguió diciendo que “Él (Ortiz) –junto con algunos otros– nos salva de que caigamos en la depre o, peor aún, de que nos sugestionemos de que algún viso de verdad tiene lo que tan grosera, injusta y burdamente suelta cada sábado el excelentísimo señor Presidente de la República”.
Con su estilo y aludiendo a la transición de periodista a novelista de Ortiz, Febres Cordero dijo que “este referente tan necesario para nuestro oficio se va del gremio. Nos abandona. Se gradúa de novelista y nos olvida ahí, en plena lucha, en la más feroz arremetida de la artillería pesada del poder y de todos los poderosos del momento”.
Y frente a él le preguntó: ¿qué mala cara viste en el periodismo, Gonzalo?, ¿por qué a estas alturas del partido cambiaste de gremio y de periodista te volviste novelista?
Aunque el ministro Vallejo dejó el Centro Cultural Itchimbía, el acto continuó sin ningún otro imprevisto.
Vallejo ocupaba, junto a Febres Cordero, la mesa directiva en el acto de la presentación de la novela Los hijos de Daisy, del también periodista e historiador Gonzalo Ortiz Crespo.
Cuando Febres Cordero aludía a las cadenas sabatinas y se refería a los epítetos que, en las últimas de ellas, endilgó el jefe de Estado contra los medios de comunicación, el público aplaudió de manera casi unánime. En ese instante el ministro Raúl Vallejo se levantó de la silla que ocupaba y abandonó el local.
Durante su discurso, Febres Cordero se refirió a “los círculos más rosados o más oscuros del poder pero, sobre todo, de la boca desbocada del Presidente de la República salen los peores insultos para la prensa y para los periodistas. Al escuchar tantos denuestos y tantas injustas generalizaciones uno piensa no, no todos los periodistas son –somos– así”.
En ese contexto mencionó a Gonzalo Ortiz, citándolo como ejemplo. “No es un infame, porque no lo es, pues. Y punto. Ni es un infeliz, ni un corrupto, ni un pernicioso, ni un hipócrita ni un sinvergüenza (y esto para referirme a los calificativos endilgados durante la última cadena sabatina). Gonzalo no es nada de eso porque no lo es, y punto”.
Febres Cordero prosiguió diciendo que “Él (Ortiz) –junto con algunos otros– nos salva de que caigamos en la depre o, peor aún, de que nos sugestionemos de que algún viso de verdad tiene lo que tan grosera, injusta y burdamente suelta cada sábado el excelentísimo señor Presidente de la República”.
Con su estilo y aludiendo a la transición de periodista a novelista de Ortiz, Febres Cordero dijo que “este referente tan necesario para nuestro oficio se va del gremio. Nos abandona. Se gradúa de novelista y nos olvida ahí, en plena lucha, en la más feroz arremetida de la artillería pesada del poder y de todos los poderosos del momento”.
Y frente a él le preguntó: ¿qué mala cara viste en el periodismo, Gonzalo?, ¿por qué a estas alturas del partido cambiaste de gremio y de periodista te volviste novelista?
Aunque el ministro Vallejo dejó el Centro Cultural Itchimbía, el acto continuó sin ningún otro imprevisto.
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