Francisco Febres Cordero
Milagrosamente me di cuenta de que uno de los muchos dones que adornan al Correa es su capacidad de hacer milagros. ¡Qué milagroso que nos resultó! Mucho más que san Antoñito y san Viritute juntos.
Imagínense que tiene la potestad de convertir a los malos en buenos, a los horribles en virtuosos, a los partidócratas en revolucionarios.
Claro que para hacer el milagro necesita primerito que los malos le rindan pleitesía, y entonces ipso facto les incorpora a su grey y les acoge en su seno. ¡Ay no, qué bruto!, en su avión particular quise decir. O bueno ya, en su círculo rosa a unos y en su círculo oscuro a otros.
¿Cuándo se imaginaban ustedes, por ejemplo, que los del PRE iban a ser parte de la revolución ciudadana? Bueno, cierto es que antes hubo algunos signos, con la Elsita en el Tribunal Electoral, el Marún en el ministerio de las carreteras sin licitación, el Issa Obando de embajador del siglo XXI en España, y el Gustavo Larrea de subsecretario de angostura después de haber sido subsecretario de anchura con Abdalá. Pero lo que ahora vemos es aún más milagroso: ¡Dalito y su esposa Gabrielita ya son comensales de Palacio! Desayunaron ahí tan educadamente, comieron todo sin regarse y se portaron tan bien, que el Correa dijo que son “unos jóvenes valiosos y buenos chicos”. ¡Qué ternura! ¡Ya lloro! Y, claro, la cita tuvo el beneplácito del papá de Dalito que, desde Panamá, dijo que sí podía haber alianza con el Gobierno porque “el país me conoce y sabe que yo hago las cosas por principios”. ¡Elé el milagro!: con un solo toque del Correa, hasta el Abdalá, tan desinteresado siempre, se volvió principioso. ¡Viva el milagroso, viva, viva!
Es tan milagroso el Correa que puede transformar a los corazones más infartados en ardientes, mediante un simple bypass revolucionario. ¿No hizo eso con el Alexis Mera, que fue abogadísimo del Lión en el Municipio? ¿Y con el Negro Vallejo, que fue ministro de Hurtado y después diputado del Alvarito? ¿Y con el Raúl Vallejo, que fue ministro de Borja y de Palacio? ¿Y con la María de los Ángeles Duarte, que trabajó con el Nebot? ¿Y con la Nathalie Cely, que primero fue del Mahuad y después del Palacio? ¿Y con el Galo Mora, que fue mano derecha del Mahuad y ahora es mano izquierda en los discursos presidenciales y aledaños? ¿Y con la Ivonne Baki, que fue la soberana de todos los gobiernos anteriores, llegó a Miss Universo con Lucio y ahora resultó coronada reina de la educación, la ciencia y la cultura por la revolución ciudadana? ¡Uf!
O sea que sí tenemos esperanza de que, poco a poco, todos los malos y partidócratas de antes se vayan haciendo buenos conforme vayan plegando a la revolución ciudadana. Los que no, se jodieron, porque seguirán siendo perversos y, como tales, tachados de corruptos, defensores de las mafias, mentirosos, tramposos, hipócritas y condenados a vivir alejados del PRE, del Prian, de la ID, del PSC, de los hijos DP y de todos esos partidos de donde fueron sacados todos los más malos de los malos que, gracias al Correa, milagrosamente se han volvido bien buenos. Amén.
Imagínense que tiene la potestad de convertir a los malos en buenos, a los horribles en virtuosos, a los partidócratas en revolucionarios.
Claro que para hacer el milagro necesita primerito que los malos le rindan pleitesía, y entonces ipso facto les incorpora a su grey y les acoge en su seno. ¡Ay no, qué bruto!, en su avión particular quise decir. O bueno ya, en su círculo rosa a unos y en su círculo oscuro a otros.
¿Cuándo se imaginaban ustedes, por ejemplo, que los del PRE iban a ser parte de la revolución ciudadana? Bueno, cierto es que antes hubo algunos signos, con la Elsita en el Tribunal Electoral, el Marún en el ministerio de las carreteras sin licitación, el Issa Obando de embajador del siglo XXI en España, y el Gustavo Larrea de subsecretario de angostura después de haber sido subsecretario de anchura con Abdalá. Pero lo que ahora vemos es aún más milagroso: ¡Dalito y su esposa Gabrielita ya son comensales de Palacio! Desayunaron ahí tan educadamente, comieron todo sin regarse y se portaron tan bien, que el Correa dijo que son “unos jóvenes valiosos y buenos chicos”. ¡Qué ternura! ¡Ya lloro! Y, claro, la cita tuvo el beneplácito del papá de Dalito que, desde Panamá, dijo que sí podía haber alianza con el Gobierno porque “el país me conoce y sabe que yo hago las cosas por principios”. ¡Elé el milagro!: con un solo toque del Correa, hasta el Abdalá, tan desinteresado siempre, se volvió principioso. ¡Viva el milagroso, viva, viva!
Es tan milagroso el Correa que puede transformar a los corazones más infartados en ardientes, mediante un simple bypass revolucionario. ¿No hizo eso con el Alexis Mera, que fue abogadísimo del Lión en el Municipio? ¿Y con el Negro Vallejo, que fue ministro de Hurtado y después diputado del Alvarito? ¿Y con el Raúl Vallejo, que fue ministro de Borja y de Palacio? ¿Y con la María de los Ángeles Duarte, que trabajó con el Nebot? ¿Y con la Nathalie Cely, que primero fue del Mahuad y después del Palacio? ¿Y con el Galo Mora, que fue mano derecha del Mahuad y ahora es mano izquierda en los discursos presidenciales y aledaños? ¿Y con la Ivonne Baki, que fue la soberana de todos los gobiernos anteriores, llegó a Miss Universo con Lucio y ahora resultó coronada reina de la educación, la ciencia y la cultura por la revolución ciudadana? ¡Uf!
O sea que sí tenemos esperanza de que, poco a poco, todos los malos y partidócratas de antes se vayan haciendo buenos conforme vayan plegando a la revolución ciudadana. Los que no, se jodieron, porque seguirán siendo perversos y, como tales, tachados de corruptos, defensores de las mafias, mentirosos, tramposos, hipócritas y condenados a vivir alejados del PRE, del Prian, de la ID, del PSC, de los hijos DP y de todos esos partidos de donde fueron sacados todos los más malos de los malos que, gracias al Correa, milagrosamente se han volvido bien buenos. Amén.
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