Es increíble que mientras nuestro Presidente se da el lujo de tener chef belga para que lo atienda a él y a todos sus invitados, se compra avión y helicóptero para viajar cómodo él y todos sus invitados, e incluso para irse de vacaciones; o que en los famosos gabinetes itinerantes se hospedan en las mejores hosterías y los sábados nos informan lo rico que comen, el pueblo al que dice tanto defender, no pueda comprarse refrigeradora, lavadora, porque el régimen lo considera un lujo.
Qué pena que se nos obligue a los pobres a no tener sueños. Presidente, los pobres de este país nos levantamos todos los días soñando con una mejor alimentación, con mejor educación, con una mejor vivienda donde tengamos lo necesario para una vida digna y que es cama, muebles, cocina, refrigeradora, lavadora y, por qué no, un televisor. ¿Dónde está el lujo?; y no me atrevo a decir una computadora, para que estudien nuestros hijos, porque sería tildado de pelucón.
Me imagino a los colaboradores de este régimen en grandes mansiones con muebles Luis XV, la mejor línea blanca, los plasmas más grandes en cada cuarto, y con dos o tres empleados que los atiendan. ¡Eso sí es lujo!
Este régimen habla de igualdad, derechos, y nos clasifica en ciudadanos de segunda categoría que no tenemos derechos a mejorar nuestra estilo de vida. ¡Viva la revolución ciudadana; hasta la miseria siempre!
José Díaz Martillo,Guayaquil
Qué pena que se nos obligue a los pobres a no tener sueños. Presidente, los pobres de este país nos levantamos todos los días soñando con una mejor alimentación, con mejor educación, con una mejor vivienda donde tengamos lo necesario para una vida digna y que es cama, muebles, cocina, refrigeradora, lavadora y, por qué no, un televisor. ¿Dónde está el lujo?; y no me atrevo a decir una computadora, para que estudien nuestros hijos, porque sería tildado de pelucón.
Me imagino a los colaboradores de este régimen en grandes mansiones con muebles Luis XV, la mejor línea blanca, los plasmas más grandes en cada cuarto, y con dos o tres empleados que los atiendan. ¡Eso sí es lujo!
Este régimen habla de igualdad, derechos, y nos clasifica en ciudadanos de segunda categoría que no tenemos derechos a mejorar nuestra estilo de vida. ¡Viva la revolución ciudadana; hasta la miseria siempre!
José Díaz Martillo,Guayaquil
Opinión
7-Jun-09
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