Desde el Palacio de los Cancilleres,
le saluda Ricardo IV canciller del Reino
Ricardo III canciller de la Coordinación Política,
Ricardo II canciller del Ministerio del Litoral,
Ricardo I canciller de las Finanzas del Reino, canciller de cancilleres,
para preguntarle por qué nuestra Majestad habrá suprimido el Cancillerato del Ministerio del Litoral sin consultarme.
Le ruego que su respuesta sea precisa, clara, con enjundia y objetiva.
Si no cumple Ud. con esta orden,
será entregada a los comités de defensa de la revolución, en Guayaquil,
para que la desplumen y arrojen los despojos de Ud. al río Guayas.
Dado en el Palacio del Globo, en Quito, a 5 de febrero, año cuarto de la Revolución Revolucionaria.
Ricardito:
No te me vengas a hacerte el mucho conmigo,
que te conoce desde cuando estabas en el huevo y te puede botar jodiendo.
Acuérdate, mi querido montubio, que cuando de niño andabas despeluconado y con hambre,
mi abuelo Palomo ya se cagaba en el alféizar de la ventana de tus padres, buenas gentes y honradas.
Lo hacía no por mala gente, sino porque así es la naturaleza de las tribus del aire.
El Ministerio del Litoral fue creado para socorrer a los campesinos en ahogo por las inundaciones.
Allá te asignaron cuando metiste la pata engañando al mercado de bonos.
Ahora, cuando han vuelto inundaciones y aguajes, se suprime ese Ministerio,
señal clara de la descoordinación política que coordinabas.
No te ensoberbezcas porque a lo mejor tendrás que firmar el Yasuní-ITT con fideicomisos y todo,
y el Tratado de Libre Comercio con los EEUU, a
hora que Panamá, Colombia y el Perú nos van a inundar con mercadería barata.
Anda, pues, aprendiendo a hablar inglés.
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