De los principios generales:
El nuevo telegrafista es un ser creado a imagen y semejanza de su hacedor, S.M.
y, por lo tanto, goza de su misma perfección.
Debe renunciar a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y declarar absoluta fidelidad,
de mente y corazón a S.M. y a los miembros de la Corte Rosa.
Está consciente de que está más allá del bien y del mal,
y debe mirar desde lo alto a aquellos que se presume son sus semejantes,
y desde ese lugar debe escribir de acuerdo a lo que le será dictado por la conciencia de los más cercanos
a la única fuente de sabiduría y de toda información.
El nuevo telegrafista, cualquiera sea el contenido de sus escritos,
debe someterlos a la consideración de los sabios inquisidores del Reino,
para obtener de ellos o de sus asesores
la Sra. Betty y Don Rolando , el "nihil obstat" o "Nada Impide imprimirse" o " No hay peligro de herejía",
para su posterior publicación.
El nuevo telegrafista, debe estar absolutamente convencido que lo que S.M. llama el pueblo
es por esencia ignorante y necesita únicamente "Pan y Circo"
y por lo tanto debe especializarse en el estilo que rige las cadenas nacionales,
la farándula y la crónica roja,
según las normas de los publicistas del Reino.
El nuevo telegrafista, en lo internacional,
debe creer que los más grandes gobernantes democráticos del universo mundo
son mi coronel Hugo Chávez, Don Daniel Ortega, Don Mahmud Almanineyad y Don Raulito Castro.
El estilo del nuevo telegrafista no debe superar, en ningún caso, so pena de excomunión,
los 160 epítetos,
de uso exclusivo de S.M. serenísima.
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