Por Ivonne Guzmán
Yo no sé si el Manual de Carreño lo permite. Una semana de atraso para felicitar a alguien pudiera ir contra las normas más elementales de urbanidad. Pero me arriesgo y aquí va mi felicitación.
La verdad es que quería escribirle el mismo 6 de abril. Y de alguna manera recrear el histórico “Happy Birthday, Mr. President”, que una fabulosa Marilyn Monroe le cantó el 19 de mayo de 1962 a John F. Kennedy. No hubo cómo (porque ni de lejos me parezco a Marilyn ni usted a Kennedy ni tenemos un Madison Square Garden, donde hacer semejante papelón).
Además, solo escribo cada 15 y no dispongo de otro espacio, a diferencia de usted que puede dirigirse a nosotros (sus mandantes) cada vez que le apetece (incluso aunque nosotros no queramos).
Bueno, a lo que iba. Usted entenderá que me siento pésimo por la demora, así que como buena cultora de la culpabilidad (herencia judeo-cristiana) me resarciré agasajándole con abundancia. Que no se note pobreza.
Empecemos. Sírvase abrir el sobre donde hallará un bono para canjear, en las oficinas del buró, por un Gabinete igualito al que ha tenido los últimos tres años; lo bueno es que no tiene fecha de vencimiento, así lo puede seguir usando los próximos 100 años que dijo el ‘Corcho’ que durará su revolución
Escogí el mismo modelo de Gabinete porque usted es un hombre clásico y además sabe manejarlo al dedillo –les conoce las mañas a todas las piezas; tengo la impresión de que algunas están descontinuadas y esas sí tendrá que sustituirlas por otras, pero no se preocupe que son poquitas. Buenazas salieron las piezas: son lavables, reciclables y multiuso.
Como se le nota que usted es un alma inquieta, que necesita renovar sus pasiones, me permití comprarle un Wii (una maravilla de la tecnología burguesa), para que programe a su gusto el próximo periodista/contrincante con el cual se pueda enfrentar a muerte en una pelea virtual de box (funciona más o menos como las cadenas sabatinas). Porque me imagino que debe estar aburridísimo de pelearse con Jorge Ortiz y Emilio Palacio. ¿Cierto?
Ah, y también le mando un kit de prestidigitación (es el de la caja bonita, con cinta rosada). Con él podrá hacer parecer lo que no es, es decir ‘aquí puse y no aparece’, y finalmente lograr que la gente vea –por pura ilusión óptica, claro– que usted está salvando el ITT, pero a la final es todo lo contrario (no se preocupe).
Disculpe que ventile sus necesidades y que me atreva a aliviarlas de alguna manera. Reciba por favor este bloque obediente (hecho con asambleístas de pura piel de borrego); buena falta le están haciendo esos 63 votos.
Acepte también este cheque por 4 100 millones de dólares, con el cual sus penurias económicas llegarán a su fin. E imagínese que Marilyn le canta: “Happy Birthday, Mr. President”.
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