Por Miguel Macías Carmigniani
El 10 de agosto vi en la televisión la reunión de Unasur y la toma de posesión del presidente Correa, y en la noche, el agudo análisis que César Montúfar y Enrique Herrería hicieron sobre el discurso que el Presidente de la República dio esa mañana.
El 10 de agosto vi en la televisión la reunión de Unasur y la toma de posesión del presidente Correa, y en la noche, el agudo análisis que César Montúfar y Enrique Herrería hicieron sobre el discurso que el Presidente de la República dio esa mañana.
El 11 de agosto, a primera hora, vi y escuché la magnífica entrevista que el ex presidente Oswaldo Hurtado, uno de los políticos más brillantes que ha tenido el Ecuador, le concedió a Jorge Ortiz.
Entre otras cosas, el Dr. Hurtado manifestó que el discurso de posesión del presidente Correa fue una simple repetición de lo que ha venido diciendo durante estos últimos dos años y medio, con lo que coincido plenamente. Que el socialismo que promulga nuestro Presidente ya no existe en el resto del mundo, el cual ha fracasado y ha llevado a la pobreza a varios pueblos (estoy de acuerdo con ello).
Que León Febres Cordero fue un ‘angelito’ comparado con el presidente Correa, quien controla todas las funciones del Estado.
Que los únicos ex presidentes que tuvieron un poder semejante al de él fueron Flores, Veintimilla, Urbina, García Moreno y Eloy Alfaro.
Que teme que terminaremos en un régimen totalitario como el que existe en Cuba y el que existió en Rusia (espero que el Dr. Hurtado se equivoque).
Que el Gobierno se sustenta en el voto de los electores, el cual aparte de querer controlar a los medios de comunicación colectiva independientes, pretende controlar la economía del país debilitándola, para cuyo efecto nacionalizará y estatizará lo que sea necesario (ojalá que ello no suceda).
Defendió a la partidocracia, argumentando, entre otras cosas, que fue la que transformó las principales ciudades del país: Quito, Guayaquil, Cuenca y Loja, la cual le reconoció a los indígenas los derechos que actualmente tienen; y que la historia se encargará de reivindicar a los partidos políticos, frente al fracaso económico, social y político que va a ser el Gobierno de Alianza País (esperemos el juicio de la historia).
Demandó que la ciudadanía diferencie a los políticos honrados de los corruptos (pocos lo harán, debido a su innegable desprestigio).
Dijo, además, que no entiende cómo la juventud ecuatoriana defiende el estatismo, a este tipo de democracia caudillista del estilo del siglo XIX, que ya no existe en las sociedades modernas (porque durante más de 2 años, no ha habido quien les abra los ojos a los jóvenes);
y alabó el socialismo que impera en Chile, en Brasil y en Uruguay, sociedades democráticas, progresistas, abiertas a la inversión privada y al capital extranjero (ojalá imitemos lo bueno de ellos).
Oswaldo Hurtado asegura que este régimen empobrecerá a los más pobres, quienes dejarán de serlo cuando tengan un empleo, no cuando les den un subsidio.
A los tiempos que veo una entrevista que nos hace reflexionar.
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