martes, 1 de abril de 2008

32 de agosto siglo XXI

Barajando los días
Jorge Vivanco Mendieta
El general Bombita gobernaba tranquila, plácida y dictatorialmente. Ese ambiente era demasiado bueno para ser duradero. Se rebeló el general Raúl González Alvear quien había estado al acecho del poder, y protagonizó la famosa Revolución de la Funeraria que culminó un primero de septiembre con un fracaso rotundo, pero dejó serias heridas en el gobierno del general Rodríguez Lara.
Los periodistas se daban gusto, describiendo incidencias y detalles del sainete revolucionario, por lo cual el Ministro de Gobierno, general Rubén Darío Ayala, les pidió a los periodistas (que en ese tiempo no habían adquirido la categoría de “bestias salvajes”, título dado por este gobierno plagiando al británico Tony Blair), que no sigan hablando del primero de septiembre, considerada fecha fatídica para el gobierno de entonces. Los periodistas, que hacían buenas migas con el general Ministro, aceptaron. No hablaron más del primero de septiembre, sino del 32 de agosto.
Ahora los periodistas estamos bajo amenaza: dejamos de hablar de las incursiones de las FARC en nuestro territorio o somos considerados corruptos y poco menos que traidores a la patria. Esta fulminación la hizo el flamante jefe de la Secretaría Anticorrupción dependiente de la Presidencia que se creó, dizque, para investigar actos de corrupción que se cometieran en la administración pública
Dicho y hecho, ha comenzado la “investigación” a periodistas. ¡Sigan en ella y vamos a ver adónde va a parar! Como los periodistas seguiremos hablando de esto porque ese es nuestro deber ante la ciudadanía que es a la única que nos debemos, ¿cómo llamaremos a las incursiones de las FARC? Hay alternativas: visitas deambulatorias, centros vacacionales, descanso de los guerreros, curas de reposo. Alguna expresión saldrá, pero callarnos, jamás. (A propósito, ¿leyeron el reportaje que se publicó al respecto en este Diario el domingo pasado? Allí está dicho casi todo).
El Vicepresidente de la Asamblea Constituyente se sacó la piel de Cordero y se puso piel de tigre;blandiendo un garrote cavernario, con grosera procacidad, habló de “perros de Uribe”, a todos aquellos que hablen de este asunto de Angostura, Raúl Reyes y Aisalla, y en general de las FARC en nuestro territorio.
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Seguiremos hablando de esto, además, para exigir que se corrijan fallas tremendas en nuestra seguridad, porque las Fuerzas Armadas han perdido la capacidad de respuesta. Y la responsabilidad de esto va no solo para este Gobierno, que solo tiene un año dos meses en el poder, sino a los anteriores. Hay que hablar de eso, y así lo haremos, los que callen son los perros de Uribe. ¿Verdad, estimados lectores?
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