Sabina la Divina ve en su bola de cristal que las aguas se agitan en la intimidad del mar de interses de Carondelet: es una dispupta por el poder detrás del trono. No se trata de Kramer versus Kramer, sino de Ricardiño versus Alvaradadicio, los patiñoviedos versus el manejo de la pauta publicitaria del Gobierno. La disputa viene de lejos, pero las cosas se hallan ahora color de hormiga: Patiño mueve sus fuerzas y destrezas en el teje y maneje político para poner el pie a Viniciago y explusarlo del Paraíso. Hay algunas denuncias que han llegado hasta las manos de Su Majestad, pero la cercanía de los dos beligerantes a su amistad mantiene en vilo la resolución del combate a finish. Tan cercanos son que cualquiera de los dos, si dependiera de S M, podría ser postulado a cardenal por sus méritos en las campañas. Hasta aquí llega la redoma. Pero, como ha estado en desuso, porque el Monje Tuerto disputa este espacio, Sabina la Adivina espera que los de lengua afilada, que nunca faltan en el seno de todo Gobierno, ayuden a la bola de cristal a salir de sus oscuridades y a anticipar la versión de lo que vendrá. No como ese fiero Monje, que solo ve el pasado.viernes, 17 de octubre de 2008
EL ANTIACIDO, Humor Polìtico - SABINA LA ADIVINA
Sabina la Divina ve en su bola de cristal que las aguas se agitan en la intimidad del mar de interses de Carondelet: es una dispupta por el poder detrás del trono. No se trata de Kramer versus Kramer, sino de Ricardiño versus Alvaradadicio, los patiñoviedos versus el manejo de la pauta publicitaria del Gobierno. La disputa viene de lejos, pero las cosas se hallan ahora color de hormiga: Patiño mueve sus fuerzas y destrezas en el teje y maneje político para poner el pie a Viniciago y explusarlo del Paraíso. Hay algunas denuncias que han llegado hasta las manos de Su Majestad, pero la cercanía de los dos beligerantes a su amistad mantiene en vilo la resolución del combate a finish. Tan cercanos son que cualquiera de los dos, si dependiera de S M, podría ser postulado a cardenal por sus méritos en las campañas. Hasta aquí llega la redoma. Pero, como ha estado en desuso, porque el Monje Tuerto disputa este espacio, Sabina la Adivina espera que los de lengua afilada, que nunca faltan en el seno de todo Gobierno, ayuden a la bola de cristal a salir de sus oscuridades y a anticipar la versión de lo que vendrá. No como ese fiero Monje, que solo ve el pasado.
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