El carnaval, como se sabe, es una época destinada al jolgorio. ¿Cómo están ustedes de jolgorio? Yo también me siento totalmente jolgorioso.Tanto, que amanecí con ganas de cantar unas coplitas, que son muy propias del carnaval. Porque mientras unos bailan, otros se mojan, otros permanecen echadotes en la playa, los poetas expresamos nuestro jolgorio en versos.A ver, comencemos rápido, no vaya a ser que el carnaval nos agarre totalmente secos de euforia, exentos de libidinosidad y ausentes de ritmo. Y, encima, sin agua.¿Listos? Buenos, tonces ustedes mójense bien mojados y después canten así:
¡Ay qué lindo el carnaval!
que diagua nos empapea
como si fueran mandatos
que nos tira la Asamblea.(
es que sí parece que la Asamblea entró en carnaval anticipado, francamente, porque comenzó a lanzarnos los mandatos antes de hora y, cuando ya nos mojó, se arrepintió y ahora quiere que se sequen para componerlos. ¡Qué tontera!).
Carnaval, carnavalito
no tiarás como el Correa:
dos días tas calladito
y después, ¡qué verborrea!
(el carnaval sí nos ha de hacer caso y se ha de aguantar sin hablar. Y sin insultar. Es que es bien racional el carnaval, ni se crean. De lo único que no se ha de aguantar es de cantar y de bailar. Igualito que el Correa).
¿Qué pasa, carnavalito,
si tú no te quieres ir
y llegada la Cuaresma
tiaces vuelta reelegir?
(digo, hay ese riesgo, ¿no? Es que creo que hacerse reelegir es lo que está de moda).
Carnaval, carnavalito
que de lascivia estás lleno
ojalá que en la Cuaresma
al exceso pongas freno.
(porque la Cuaresma es una época de meditación. Y allí uno analiza los errores cometidos y establece los mecanismos para las rectificaciones. ¿Sí me entienden, no? ¡Qué inteligentes que son! Por eso me encanta jugar carnaval con ustedes, que son tan suspicaces).
Carnaval, tú te das maña
de estar atrás y en delante,
¿tal vez estás en campaña
o es que eres itinerante?
(es que, ¿cómo hará el carnaval para darse modos de estar en Guayaquil, en Quito, en Guaranda, en Ambato, en Salcedo y en Loja? ¡Qué bestia cómo se desplaza! Y eso que todavía no se compra avión nuevo. Fu, con jet flamante ha de viajar hasta el 2016, por lo menos. Prepárense nomás para vivir en un carnaval larguísimo. ¡Ya nos fregamos!).
Francisco Febres Cordero
Diario El Universo, Opiniòn, Editorialistas
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