sábado, 23 de febrero de 2008

¡Hasta cuándo bajo el agua!

Mientras gran parte del territorio nacional se encuentra tremendamente afectado por las inclementes lluvias sin que el Gobierno responda de una manera realmente efectiva, vemos cómo la prepotente e ineficaz Asamblea sigue gastando miles y miles de dólares sacando leyes que solo buscan direccionar el oficialista, anticuado y egoísta proyecto político.Para construir Ciudad Alfaro, la sede de la Asamblea, y pagar a sus integrantes y múltiples e inservibles asistentes sí hay dinero, pero para responder ante la emergencia habrá que seguirle sacando la plata en impuestos y tributos a la sociedad civil.
Francisco Velasco,Quito
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Otro invierno más y no aprendemos. Es lamentable que miles de familias lo pierdan todo, sus casas, sus sembríos que con tanto esfuerzo lograron obtener, y peor estar expuestos peligrosamente a la insalubridad y enfermedades por falta de agua limpia, un lugar seco y alimentos.Es paradójico pensar que hoy que la tecnología avanza rápidamente, en nuestro país caminamos hacia atrás, pues no mejoramos nuestros sistemas de drenajes, construimos buenos diques ni dragamos ríos ni nada. ¿Por qué? Porque somos reacios a entender a la naturaleza, a recordar que cada invierno trae lluvias. Pero siempre se espera que sucedan las tragedias para poner el remedio, si es que al final del cuento se lo pone.Otro invierno más y no aprendemos. Un año de gestión y, ¿qué hizo el presidente Correa para prevenir lo que el país ahora está sufriendo a causa del invierno? Gastó el absurdo de miles de dólares en construir la edificación de la Asamblea que ya se está desbaratando y donde no funciona aún el famoso voto electrónico; qué ironía. Patriótico hubiera sido que la Asamblea funcionara en cualquiera de los edificios confiscados y abandonados, y con esos fondos realizara obras de prevención o haya destinado recursos para crear más centros de salud en el país, dotar de implementos como botes, camillas y lo necesario para casos de emergencia nacional.¿Y qué sigue haciendo el Gobierno? Gastar otra millonada con el dinero del pueblo en propagandas en todos los medios y a cada rato, que lo que hace es hostigarnos. ¡Qué pena, por esas familias, esas ciudades bajo el agua; pero qué pena por mi país que sigue estancado con tenencia de retroceso! Otro invierno más y no aprendemos. Otro régimen más y no aprendemos. ¡Hasta cuándo!
Lucía Chávez Torres,Guayaquil
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Con pena veo que las calamidades, sobre todo en la región Costa, se repiten. Con enojo me entero que las soluciones siguen siendo las mismas y que resulta increíble que los gobiernos no hayan aprendido nada en materia de prevención. Vienen las catástrofes y empieza: la alharaca, el mover a la gente por ahí, el gritar que se ofrecerá más... ¡Pasan los meses y todo queda en nada! Las “curitas” que se aplicaron en el primer “baño”, producto de las lluvias, se van y próximamente vendrán nuevas lamentaciones.A lo largo de la historia se han aplicado un millón de “curitas” y malgastado otros millones de dólares en “tapaderas” (“parches”) y rapiñerías de toda clase. ¿Por qué no idear un plan de defensa capaz?, un plan maestro –por costoso que sea– que dote de agua cuando se la necesite y la acumule o guarde cuando haya en exceso. Más valdría gastar 100 millones de dólares de una vez en una obra de este tipo, que 150 millones de dólares de a poquito y para “unos poquitos”.
Víctor M. Abad,Nueva York, EE.UU.
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Profunda tristeza da ver las noticias sobre las inundaciones, accidentes, asalto, violaciones... ¿Qué se ha hecho sobre esto? Absolutamente nada; por el contrario, todo lo que lastimosamente se había pensado o creído que lo podían cambiar, ha sido para empeorar.Se comenzó con el tránsito. ¿Para qué?, si los transportistas hacen lo que les viene en gana. Regresar un domingo de la playa es demorar cinco horas de viaje por el caos vehicular; al menos ese tiempo me tomó el domingo pasado. En la provincia de Santa Elena no se ven agentes de tránsito.Luego se pensó en que la Policía sea la que maneje sus propios recursos, mientras la delincuencia está a sus anchas arremetiendo salvajemente que ni a las mujeres de la tercera edad se las respeta de no ser violadas. Uno se pregunta, ¿y la Policía? Además, cómo se pretende que el pueblo respete al prójimo si en cadenas sabatinas se ofende a hombres y mujeres de toda edad.Se creó un Ministerio del Litoral para prevenir y agilizar necesidades de la región litoralense. ¿Qué hemos obtenido? Absolutamente nada. Nuestro Litoral está prácticamente desaparecido y se decreta emergencia sobre emergencia, ya cuando nuestros compatriotas lo han perdido todo. Hasta con impavidez escuchamos que un ministro espera que la gente pida ayuda. Si no quieren acudir al lugar de los hechos, vean en los medios de comunicación lo que sucede con la vida y todos los bienes de nuestros hermanos.¿Que se nos van a llevar a “mejores días”?, al contrario, como muestra basta solo un botón, y eso ya lo estamos viviendo.
Mariuxi Lucero,Guayaquil

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