Por León Roldós
La orden fue el sábado 29 de agosto del 2009. Fragmentos del monólogo presidencial de Correa con segunda voz acompañante.
La orden fue el sábado 29 de agosto del 2009. Fragmentos del monólogo presidencial de Correa con segunda voz acompañante.
Correa: “Camilo, ¿quieres agregar algo? Porque siguen -los medios- con las muletillas y las mentiras de siempre”.
Samán: “Sí, hay otro artículo del señor Palacio que dice Camilo matón (…..). Como dice el señor Palacio, somos gente que gritamos e insultamos (….)”.
Correa: “Demándalo, demándalo”.
Sigue Correa: “No va a responder como hombre, te da por la cintura, Camilo. Sería un microbicidio”.
Palacio era el microbio que, según Correa, no respondería como hombre.
La orden se cumplió. Los antecedentes habían sido la información del viernes 21 de agosto sobre la morosidad en la recuperación de microcréditos de la Corporación Financiera Nacional CFN, que generó la réplica de la CFN y otras puntualizaciones. El miércoles 26 de agosto, un grupo de personas en actitud matonil ocupó el acceso al diario El Universo, acosando a periodistas y trabajadores del diario. El mismo 26 reacciona Emilio Palacio con el artículo ‘Camilo, el matón’, que se publica el 27 de agosto, en que se vincula a Samán con el plantón matonil.
Matón es el jactancioso y pendenciero; y, matonismo, la conducta del que quiere imponer su voluntad por amenazas. Sin considerar antecedentes inmediatos, calificar a un sujeto de matón podría ser injuria no calumniosa, diferente de la injuria calumniosa que solo es por imputar delitos.
Ni en el calificativo de matón, ni en parte alguna Palacio acusa un delito que haya cometido Samán, supuesto necesario para la condena a tres años de prisión, por injuria calumniosa contra autoridad pública.
Si el supuesto matonismo era falso, había el derecho a la réplica que debía ser publicada. Samán prefirió el sainete sabatino con cuyo fragmento inicio esta columna.
¿Qué significa imputar un delito, que generaría una injuria calumniosa?
En repetidas ocasiones, he denunciado las alteraciones al texto constitucional, forma de falsedad, en la versión publicada de la Constitución de 2008 y he precisado que tales alteraciones han facilitado ilícitos. También he acusado los ilícitos del contrato entre Petroecuador e Ivanhoe, entregándole ilegalmente el bloque 20 de la Amazonía, donde está Pungarayacu. Recientemente, he puntualizado los ilícitos en el contrato fallido con Shinohidro para el proyecto Coca-Codo Sinclair, con brutal sobreprecio. Si alguna de mis denuncias fueran sin fundamento, habría injuria calumniosa, pero no hay injuria, todas se sustentan con evidencias.
Palacio, en su columna, no imputa delitos, censura conductas, y eso no es injuria calumniosa.
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