jueves, 26 de junio de 2008

Cordero ya empuja la aprobación de textos y limita la discusión

MONTECRISTI, Manabí. Fernando Cordero (i) asumió ayer la presidencia de la Asamblea, tras la renuncia de Alberto Acosta.

MONTECRISTI, Manabí. Alberto Acosta instaló ayer la plenaria, abandonó la Comisión Directiva para leer su renuncia y luego se sentó en la curul que le corresponde como asambleísta.



Acosta reiteró en su discurso sus razones. “Esta posición personal de no sacrificar el debate por la premura del plazo no es compartida en sus alcances y con lo que ello significa en tiempos por la mayoría de la cúpula de Acuerdo PAIS (...). Desde allí, al retirarme de facto su apoyo, me solicitaron dar paso a otra dirección que apresure la aprobación de los textos para cumplir con la fecha tope del 26 de julio. Respeto su posición”.
Antes de bajarse del podio para sentarse junto al resto de asambleístas, concluyó con un mensaje para todas las bancadas, aunque algunos interpretaron sus palabras como un llamado que también debe llegar a Carondelet. “Siento que el ejercicio de la autoridad, responsable con quienes le designan, respetuosa del mandato encomendado, ennoblece. Lo contrario, el ejercicio del poder por el poder, embrutece. Ese riesgo no me lo correré”. Agregó, además, que se debe rechazar en los hechos, no solo en los discursos, “las viejas y desgastadas prácticas de la partidocracia”.
Marta Roldós preguntó dónde están los plenos poderes de la Asamblea. “No acepto que se conculque la decisión de hasta cuándo vamos a trabajar (la Asamblea) por la decisión de un buró político. El pleno es la máxima instancia”, y les dijo a los de PAIS que “ojalá” se sientan representados por esa cúpula. Reiteró que renunciará a la vocalía de la Comisión Directiva.




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