viernes, 9 de enero de 2009

Cuadratura del disco

Todos pensaban que la abuelita estaba un poco cucú. Tenía 100 años y se le había dado por sentirse descendiente del barón de Carondelet. La última discusión que casi le produjo un infarto ocurrió cuando sus nietos le dijeron que todos en este país éramos más o menos como el Chulla Romero y Flores o como Don Evaristo Corral y Chancleta y que todos los que se creían descendientes de marqueses y condes, habían comprado unos títulos que vendían en España en las tiendas de antigüedades los nobles que habían quebrado. La abuelita se alegraba cuando el Único mandaba a apresar a los que le faltaban al respeto a la Majestad del poder. La viejita había hecho pegar en la pared de su cuarto junto al Corazón de Jesús las caricaturas de SM con corona, porque creía que, por fin, vivíamos en una monarquía. Todos se asustaron cuando oyeron salir de su cuarto un grito que parecía anunciar su deceso. Al entrar a su habitación, la encontraron frente al televisor en una especie de éxtasis. Entonces dijo que Don JuanCarlos de Borbón, con su nieta la Infanta Leonor en brazos. con la Reina Sofía a su lado, rodeado de las Infantas, el Príncipe Heredero, y los infantitos, habían aparecido para desear felices Navidades a los ecuatorianos en nombre de la revolución ciudadana y que aparecían en todos los canales, cada cinco minutos, desde el día de Navidad. Cuando dijo que el Rey se parecía al difunto don León y las Infantas a las meninas, entendieron, que se trataba del mensaje del Corcho Cordero y Cueva, que contagiado del mismo síndrome de SM colmó de felicidad a todas las abuelitas del mundo.

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