Comenzaré, amados vasallos, mi brillante peroración con las palabras del libro del Génesis, que se repetirán , con algunas modificaciones cada vez que Uds. me aplaudan: "En el principio la Tierra era un caos y estaba vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el Espíritu se movía sobre las aguas y dijo Dios hágase la luz y la luz fue hecha.
". Hace dos años, que a mí, modestia aparte, me aconteció exactamente lo mismo, que al todopoderoso.. Todo, como iremos viendo a lo largo de esta corta clase, todo pero todo, era un caos y las tinieblas de la larga noche neoliberal estaban sobre la faz de la tierra, es decir sobre Costa, Sierra, Oriente y Galápagos, que es lo que nos quedó por culpa del endeudamiento externo, como lo demostró la Comisión. Entonces subí al cerro de Montecristi y después de que llegaron la mitad de las cenizas de mi pariente, el Viejo Luchador, grité: "Hágase la luz, y la luz fue hecha". Por ese entonces, como era amigo del Acosta y medio ecologista, me dije: "Es hora de hacer un proyecto de focos ahorradores". Y la luz fue hecha. Y comenzamos a salir de la larga noche neoliberal. Pero el caos original no era simbólico, como el antiguo ferrocarril, que se descarriló, después de mi ardiente discurso en Chimbacalle. Todos mis antecesores, menos mi pariente, hasta el Conde Ruiz de Castilla, fueron unos pelucones, ladrones e imbéciles, es decir ninguno fue economista. Ellos, sus fantasmas y todos los que tengan celulares deberían irse, como en Cuba. Por eso volviendo al libro del Génesis, diré: "Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla y fruto que de fruto, según su género. Y así fue.
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