Opinión de diario HOY
No es una novedad el que los sucesivos gobiernos metan la manos en los ahorros de los afiliados: desde los años cincuenta, el IESS se convirtió en obligado prestamista para aliviar las dificultades fiscales.
No ha sido el actual Gobierno una excepción, pese a que es el que con mayores recursos ha contado por los altos precios del crudo.Más aun, cuando, meses atrás tomó la resolución de pagar más de $800 millones por la deuda del Estado al IESS, se esperaba que no hiciera lo mismo que anteriores gobiernos con los recursos de la institución. Pero ha borrado con el codo lo hecho con la mano con la emisión de bonos por $1 500 millones, cuyo obligado destinatario sería el IESS. A fines de diciembre, este compró $700 millones de esos bonos del Estado, en subastas efectuadas en las bolsas de valores de Quito y Guayaquil.Días atrás realizó la segunda compra, por $539 millones.
La colocación de los bonos resuelve temporalmente al Gobierno los problemas de liquidez generados por la abrupta reducción del precio de petróleo; pero repetir la misma acción de gobiernos precedentes a pesar de haber pasado por un periodo excepcional de ingresos evidencia el mal manejo económico del actual Gobierno, por una política imprudente de expansión del gasto público.
¿Será la inversión más segura del dinero de los afiliados la compra de bonos del Estado, en un momento en el que se avizoran graves dificultades para equilibrar las finanzas públicas?Resulta paradójico, de otro lado, que, mientras el IESS acude en auxilio del Gobierno para tapar el hueco fiscal, no se alcance a ver que se resuelvan los clamorosos déficits en los servicios de salud y otras prestaciones que se halla obligado a brindar a los afiliados antes de disponer de sus recursos para resolver problemas fiscales que no debieron generarse si hubiese habido un manejo más responsable del gasto por parte del Gobierno
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