Manuel Ignacio Gómez Lecaro
El Presidente debe sentirse orgulloso. Tiene una sucesora en esa costumbre suya de desprestigiar a la prensa. Es nuestra Ministra de Vivienda.
A la Ministra le molestó que la prensa haya publicado que algunas casas construidas con el bono del Miduvi tienen daños en su construcción por utilizar materiales de mala calidad
No solo se quejó de este atrevimiento de la prensa, sino que fue más lejos al puro estilo del Gobierno. Lanzó fuertes acusaciones contra la prensa. Dijo, por ejemplo, que los periodistas les pagan a las personas para que se quejen por los daños de sus casas.
Es una acusación grave. De ser cierta dejaría en descubierto a periodistas que merecen ser sancionados y expulsados de sus medios. Si la Ministra es seria, sustentará sus acusaciones con pruebas. No creemos que una Ministra lance una acusación de ese tipo sin conocer los hechos de primera mano. O pensándolo mejor, ¿no es eso lo que hace este Gobierno a cada rato? Generalizar y acusar a otros para cubrir errores propios.
Llama la atención la capacidad de este Gobierno para encontrar fusibles que quemar antes que aceptar responsabilidades. El Presidente es un experto en el arte de no quemarse y echarle la pelotita a otro. Nunca es su culpa. Siempre es la culpa de algún funcionario incompetente (que él mismo escogió). O de enemigos creados, como la “larga noche neoliberal” repetida al infinito. Y si eso no convence, la culpa es de la prensa corrupta.
Hasta que pasará el tiempo y llegará el momento en que no pueda seguir culpando a otros. La gente entenderá que los errores de los ministros o funcionarios son errores del Gobierno, por los que su líder debe responder. Y que ni esa “noche neoliberal”, ni los medios, ni ninguno de esos cucos creados, tienen que ver con los resultados del Gobierno.
La Ministra de Vivienda ha seguido ese ejemplo tan presidencial de echar la papa caliente. También prefirió acusar a otros en lugar de asumir su responsabilidad. Y no es que los daños en las casas sean su culpa. Seguramente las constructoras trataron de ahorrarse una platita utilizando materiales de mala calidad sin que el ministerio lo sepa. También es verdad que no son muchas las casas con daños. Pero como Ministra debe dar la cara.
¿Era tan difícil para la Ministra, en lugar de armar un show atacando a la prensa, agradecerle por sacar a la luz estas fallas de construcción, asumir su responsabilidad y pedir disculpas por los inconvenientes y comprometerse a solucionar el problema? Hubiera sonado mejor, ¿no? Más civilizado. Más ministerial. Más real. Los medios le hubieran tomado la palabra.
Pero no. Prefirió, en cambio, criticar el plan de vivienda Mucho Lote, del Municipio de Guayaquil. Que revisemos esas casas que también tienen fallas. Mal de muchos…
Lo positivo de todo esto es que la Ministra ha indicado que están realizando las inspecciones para sancionar a los contratistas que cometieron los errores en la construcción de las viviendas. Las casas dañadas tendrán que ser reparadas.
¿Culpa de la prensa? Más bien debemos agradecer a los periodistas que sacaron a la luz estos problemas en las viviendas. Que no se detenga ni detengan el trabajo de la prensa.
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