Por Felipe Burbano De Lara
La forma cómo el presidente de la República trató el tema de la repatriación de una parte de la reserva monetaria internacional de libre disponibilidad por parte del Banco Central muestra que se maneja en el poder como un patrón; como si el país le perteneciera y debiera responder a su voluntad sin abrir la boca. El mandatario simplemente ordena, y todos los demás deben acatar sus decisiones o se van. Él es el patrón, y sus funcionarios, una suerte de súbditos: personas subordinadas,
obligadas a guardar silencio y a bajar la cabeza,
a tomar su voluntad como omnímoda y absoluta.
Ahí está, como muestra, Carlos Vallejo, quien se fue del cargo agradeciéndole al presidente por haberle devuelto la fe en sus principios.
¿Cuáles serán los principios de Carlos Vallejo?
Todos los ministros quedaron descolocados frente al patrón porque votaron en el Directorio del Banco Central a favor de pedir garantías a la banca pública antes de entregarle los recursos de la reserva.
¿Por qué lo hicieron?
¿Por qué acogieron favorablemente la recomendación de los técnicos, tratados de "burócratas apátridas" por el patrón Correa?
Fue patético ver a los ministros tan dubitativos frente a las cámaras sin poder explicar su conducta. Vallejo llegó a lanzar esta perla: voté a favor aunque estaba en contra (de las garantías). He ahí el hombre de principios. Pero el tema que provocó la reacción furiosa del presidente debería alarmar a todos: se entregarán $850 millones de la reserva internacional a una banca pública cuya eficienia es más que dudosa.
Correa es muy simplista al momento de argumentar a favor de la decisión:
¿por qué tener fuera del país recursos que pueden servir para estimular el desarrollo nacional?
Inobjetable.
Pero colocar esos recursos en el aparato productivo a través de la banca pública presupone dejar de lado el tema crítico:
la eficiencia de la banca pública.
No es un problema de prejuicio ideológico sino de objetividad:
¿cuál es la capacidad del Banco de Fomento o de la CFN para prestar y luego recuperar la cartera?
La historia de condonaciones y pérdidas es muy larga como para no tenerla en cuenta.
¿Nos podrían mostrar balances de las dos entidades? ¿No corremos el riesgo de feriarnos una parte de las reservas? Pero como el patrón cree que su voluntad basta para cambiar el mundo
Lo mismo sucede en muchos otros campos:
el Gobierno inyecta recursos al aparato estatal sin considerar que se trata de un aparato de una gigantesca ineficiencia y corrupción. Lo que el Gobierno no discute con seriedad, porque es una verdad incuestionable de su discurso, es cómo provocar un retorno eficiente del Estado.
Los ministros que votaron a favor de las garantías le deben una explicación al país. Quizás todos ellos debieran irse junto a Vallejo, por su propia dignidad.
Deben quedarse solo aquellos funcionarios orondos, fascinados con el poder, bien enternados, dispuestos a satisfacer a pie juntilla las órdenes del patrón.
El país convertido en hacienda.
Hasta la victoria siempre, compañeros.
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