La Cobra
La Cobra | viernes 14/01/2011
Señoras, señores, señoritos:, en esta luminosa jornada patriótica que marca la desaparición de la partidocracia, permítanme celebrar con la humildad que me caracteriza mis primeros cuatro años de mi gobierno de mí.
Lo hago, sobre todo, porque como ustedes tan generosamente han decidido en las urnas a cada rato, el proyecto Arrancha País tieseguirá los 296 años siguientes.
Señoras, señores, señoritos: este primer cuatrienio no ha sido un lecho de rosas, como diría Piero, sino, por el contrario, un camino de espinas, como diría Silvio.
Y no solo hablo por mí, sino por mis colaboradores, a quienes, fruto de su civismo y compromiso revolucionario, les ha tocado cambiarse de la Villa Flora a la González Suárez, en el caso de Quito, y de La Alborada a Samborondón, en el caso de Guayaquil. !Ese es el primer gran cambio de este gobierno y nadie lo puede negar!
Señores, señoras, señoritos: este primer cuatrienio ha sido pródigo también en la nueva imagen de las entidades públicas.
Basta aguzar los sentidos en este auditorio para saber que la revolución está en marcha: observen nuestra ropa (Dolce&Gabanna, Calvin Klein, Armani, Oscar de la Renta), huelan nuestros perfumes (Chanel, Cacharel, Dior, Givenchy, Narciso Rodríguez...), miren nuestras gafas (Gucci, Vogue, Prada, Roberto Cavalli...).
Señores, señores, señoritos: ¡Viva la revolución de los pobres!
Lo hago, sobre todo, porque como ustedes tan generosamente han decidido en las urnas a cada rato, el proyecto Arrancha País tieseguirá los 296 años siguientes.
Señoras, señores, señoritos: este primer cuatrienio no ha sido un lecho de rosas, como diría Piero, sino, por el contrario, un camino de espinas, como diría Silvio.
Y no solo hablo por mí, sino por mis colaboradores, a quienes, fruto de su civismo y compromiso revolucionario, les ha tocado cambiarse de la Villa Flora a la González Suárez, en el caso de Quito, y de La Alborada a Samborondón, en el caso de Guayaquil. !Ese es el primer gran cambio de este gobierno y nadie lo puede negar!
Señores, señoras, señoritos: este primer cuatrienio ha sido pródigo también en la nueva imagen de las entidades públicas.
Basta aguzar los sentidos en este auditorio para saber que la revolución está en marcha: observen nuestra ropa (Dolce&Gabanna, Calvin Klein, Armani, Oscar de la Renta), huelan nuestros perfumes (Chanel, Cacharel, Dior, Givenchy, Narciso Rodríguez...), miren nuestras gafas (Gucci, Vogue, Prada, Roberto Cavalli...).
Señores, señores, señoritos: ¡Viva la revolución de los pobres!
http://www4.elcomercio.com/Opinion/desinforme_presidencial_2007-2011.aspx
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